Clínica Meisel

Cardiología Pediátrica

La consulta de cardiología pediátrica es una evaluación especializada dirigida a niños, desde recién nacidos hasta adolescentes, para diagnosticar, tratar y prevenir enfermedades del corazón y del sistema cardiovascular. A diferencia de la cardiología de adultos, la cardiología pediátrica se enfoca en afecciones congénitas (presentes desde el nacimiento) y en problemas cardíacos que afectan a los niños en diferentes etapas de su desarrollo.

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Evaluación Inicial

La consulta comienza con una revisión detallada de los antecedentes médicos del niño, incluyendo el historial familiar de enfermedades cardíacas, complicaciones durante el embarazo o el nacimiento, y cualquier síntoma que el niño haya experimentado, como dificultad para respirar, fatiga, cianosis (piel azulada) o latidos irregulares. En los niños más pequeños, los padres suelen ser quienes describen los síntomas, mientras que los niños mayores o adolescentes pueden explicar sus propios malestares.

Examen Físico

Durante el examen físico, el cardiólogo pediátrico evalúa signos específicos de enfermedades cardíacas, como soplos (sonidos anormales del corazón), latidos irregulares, y presencia de edemas o hinchazón. Se escucha cuidadosamente el corazón con un estetoscopio y se palpan los pulsos para detectar cualquier anormalidad. Este examen puede incluir la medición del peso, altura y desarrollo general del niño, ya que los problemas cardíacos pueden influir en el crecimiento.

Pruebas Diagnósticas

Dependiendo de los síntomas y los hallazgos del examen físico, el cardiólogo puede solicitar pruebas adicionales para obtener un diagnóstico preciso. Las pruebas más comunes en cardiología pediátrica incluyen:

  • Electrocardiograma (ECG): Registra la actividad eléctrica del corazón para detectar arritmias o problemas en el ritmo cardíaco.
  • Ecocardiograma: Utiliza ultrasonido para visualizar la estructura y función del corazón, útil para detectar defectos congénitos, como agujeros en las paredes del corazón o problemas en las válvulas.
  • Monitoreo Holter: En algunos casos, se utiliza un dispositivo portátil para monitorear el ritmo cardíaco del niño durante 24 horas o más para detectar arritmias que no se observan en una consulta breve.

 

Diagnóstico y Plan de Tratamiento

Una vez obtenidos los resultados de las pruebas, el cardiólogo pediátrico establece un diagnóstico. Las afecciones pueden variar desde defectos congénitos, como comunicaciones interauriculares o interventriculares, hasta arritmias o problemas de válvulas cardíacas. El tratamiento dependerá de la naturaleza y severidad de la afección, e incluye desde el monitoreo regular hasta el uso de medicamentos o, en casos graves, intervenciones quirúrgicas.

Seguimiento y Cuidado a Largo Plazo

Debido a la naturaleza de las enfermedades cardíacas en los niños, muchas veces es necesario un seguimiento regular durante toda la infancia y, en algunos casos, hasta la adultez. El cardiólogo pediátrico trabajará de la mano con otros especialistas y con la familia para asegurar el desarrollo normal del niño y su bienestar cardíaco.

La consulta de cardiología pediátrica es esencial para garantizar que los problemas cardíacos se detecten y traten de manera temprana, permitiendo un desarrollo saludable y una calidad de vida óptima para los niños afectados.